John “Waldemar” Eastwood, el más rápido del Este
John “Waldemar” Eastwood nació en Texas, Estados Unidos. Creció al calor de las leyendas del “Far West” como Billy the kid o Buffalo Bill. Su principal alimento fueron las historias de esos personajes, contadas primero por su abuelo antes de dormir y luego vividas por él y sus amigos, con quienes se pasaba discutiendo por nunca “morirse” cuando le disparaban. No cabían grandes dudas a la hora de hacerle un regalo de cumpleaños, pistolas de juguete, placas plásticas de sheriff, sogas o sombreros de cowboy. Muy pronto supo lo que haría. Lo vio bien claro y se decidió a concretarlo. Averiguaría por el lugar que tuviese la mayor cantidad y a los mejores pistoleros. Ahorraría todo lo que pudiese y finalmente se iría lo más lejos posible. No es que estuviese harto sino que para él no tenía sentido desperdiciar tanta energía en tratar de ser mejor que los mejores cuando podía ir a un lugar donde no tuviera que esforzarse tanto. Si en el Oeste estaban los más temibles pistoleros, él partiría hacia el Este. Lo más al este que pudiera llegar. Lamentablemente sus ahorros le alcanzaron tan solo para tomar la carreta del viejo Phill, que recorría únicamente cuatro kilómetros y medio. Y ni siquiera le alcanzaba para el trayecto entero, por lo que tuvo que bajarse a tan solo doce cuadras de su casa. Afortunadamente allí conoció a Washington Fernández, un estafador uruguayo que sobrevivía con aquel truco de engañar al público preguntándole en cuál de los tres vasos está la pelotita. Por mucho tiempo John le rogó que le enseñe este “arte” pero recién cuando confió en su objetivo de irse lo más lejos posible Washington aceptó. Juntos recaudaron un montón de dólares y por fin Eastwood pudo realizar su deseo. Compró un boleto sólo ida, para viajar en barco a Colonia, Uruguay. Fernández se mostró curiosamente generoso en regalarle su ropa. Es que su intención era que lo confundieran con él y lo arrestaran en su lugar. Una vez allí, retó a duelo al sheriff con pistolas de agua a las 13.17 hs (uno quería al amanecer y el otro al atardecer y calcularon la mitad exacta entre lo uno y lo otro de ese día para conciliar). A Waldemar le quedaban varios dólares que utilizó para asegurarse que la empleada doméstica del sheriff retrasara su reloj, por lo que éste jamás se presentó y resultó desterrado y acusado de cobarde. Y Waldemar se convirtió en el flamante nuevo sheriff de Colonia, también conocido como “el más rápido del Este”. Sobre su gestión no se escucharon grandes críticas pero tampoco era un pueblo muy conflictivo, aunque sí llegan a nuestros días algunos comentarios de “malas lenguas” sobre las retribuciones que pedía a las mujeres de “mala vida” por dejarles continuar su profesión; las únicas casi tan rápidas como él.
jajaja muy buena la historia!!
ResponderEliminarLa Coca.
me gustò la historia pero el dibujo ¡me fascinò!!!
ResponderEliminarMaría
Tante gratzie!
ResponderEliminarAlberto Normando Nimo (ANONIMO@jotmeil.con)
me re gusto el dibujo y la historia, lo que si incondicionalmente por mi cabeza negra o porque conosco al duo busco el lugar en el tablero politico... je estoy flasheando no??
ResponderEliminarasi empezo el indio jeje mentira el quemado soy yo.
besos.
gracias x usar nuestro blog para flashearla. esperamos haya sido un viaje placentero.
ResponderEliminarbeso!
pd: de ideología vamos viendo que nos ofrecen y a cuanto.